Con este dicho popular, quiero reflejar de una manera muy expresiva, el poder que tenía el Santo oficio sobre la población, y sobre todo en Literatura, Arte, Historia, etc., equiparando el poder del rey, siendo el del rey en aquella época, un poder absoluto de origen divino.

6. Arte vigilado

Como hemos podido ver en los artículos anteriores, el control sobre los géneros literarios era máximo. Pero otro campo donde la inquisición puso sus ojos fue en el arte. Aunque hay que tener en cuenta que sobre esta censura en el arte no hay numerosas investigaciones, por lo que es un campo aun por descubrir más profundamente.
Pero a pesar de esto, sabemos la posición que tuvo la inquisición sobre este tema, como se recoge en la publicación del Índice de los Libros Prohibidos del Inquisidor General Quiroga. Este Índice, que incorpora unas reglas generales, concebidas con la finalidad de proporcionar a los cristianos la orientación que les permitiera conocer que clase de obras debían denunciar a los inquisidores para que estos las prohibieran, encontramos la primera alusión a la competencia que el Santo Oficio reivindica sobre la censura de las representaciones plásticas. Concretamente en la regla 12:

«Assi mesmo se prohiben todas y qualesquier imagenes, retractos,figuras, monedas, empresas, invenciones, mascaras, representaciones y medallas, en qualquier materia que esten estampadas, pintadas, debuxadas, labradas, texidas, figuradas o hechas, que sean en irrision de los sanctos yen desacato e irreverencia suya y de sus imágenes y reliquia o milagros, habito, profession o vida. Y assi mesmo, las que fueren en desacato de la sancta Sede Apostolica, de los Romanos Pontífices, cardenales y obispos y de su estado, orden, dignidad y autoridad, claves y poderio espiritual.»

Como podemos ver gracias a este texto, el miedo de la inquisición a que mediante esculturas, cuadros y dibujos, se difundieran en España las ideas de la Reforma relacionadas con la crítica de reliquias, al culto de las imágenes, o de la autoridad del Papa y de la jerarquía eclesiástica.
Tenemos otro Índice de Libros, el de Sotomayor, donde en la Regla 11 vuelve a mencionar lo anterior pero además agrega un párrafo que significa un paso adelante en la censura, porque a partir de ahora las prohibiciones no se van a limitar ya solo al ámbito del dogma y de la doctrina sino que se extienden al de la moralidad pública y al de las buenas costumbres. Este párrafo añadido decía así:
«Y para obiar en parte el grave escandalo y dailo no menor que ocasionan las pinturas lascivas, mandamos, que ninguna persona sea osada a meter en estos Reynos imagenes de pintura, laminas, estatuas, o otras de escultura lascivas, ni usar dellas en lugares publicos de plaQas, calles, o aposentos comunes de las casas. Y assimismo se prohibe a los pintores que no las pinten y a los demas artifices que no las tallen ni hagan, pena de excomunion mayor latae sententiae trina canonica monitione praemissa, y de quinientos ducados por tercias
partes, gastos del Santo Oficio, juezes y denunciador, y un año de destierro a los pintores, y personas particulares que las entraren en estos Reynos, o contravinieren en algo de lo referido.»

Estas reglas nos dejan ver claramente que la inquisición no estaba cómoda con el arte, por lo que intentó ejercer un control sobre ella. Pero a pesar de eso los artistas consiguieron, en algunas ocasiones, burlarla gracias a su gran ingenio; en contra, en otros casos, los artistas estuvieron sometidos a esta censura.

Bibliografía
Enrique G, Inquisición y Censura. El acoso a la Inteligencia en España.
Enrique G, Arte escandaloso (A propósito de la censura estética de la Inquisición), en
Poder, derecho y legislación. Encuentros históricos España-Suecia. Madrid 2001.
Muñoz Calvo, S. Inquisición y Ciencia en la España moderna, págs. 213-214